La propuesta para el fin de semana era distinta a lo de siempre y el objetivo muy esperanzador.
La Fundación Haras del Sur colaboró junto a “Un Techo” en la construcción de una casa en el barrio Santa Inés de Florencio Varela. Ver galería de imágenes al pie.
Las cuadrillas de construcción, formadas por aproximadamente diez personas, cuentan con un o una guía, quien no necesariamente es alguien que tenga formación profesional en construcción, sino que puede ser un voluntario que además de haber participado varias veces en construcciones de “Un Techo”, ha sido capacitado y tiene la experiencia necesaria para coordinar el proceso y enseñar a los novatos los pormenores del trabajo.
Las casas son prefabricadas, pero de igual manera su construcción no es nada fácil, ya que desde el traslado de las herramientas hasta clavar el techo representa un gran esfuerzo. La construcción, no olvidemos que no sólo es un mundo desconocido para la mayoría de los voluntarios, sino que también representa un gran esfuerzo físico.
Los objetivos de “Un Techo” incluyen, además de construir casas y mejorar la situación de pobreza extrema en que viven las familias, sensibilizar y concientizar a los jóvenes voluntarios, con el fin de despertar el compromiso personal de continuar ayudando y trabajando por el país, aún fuera de la organización.
La convivencia con la familia, mas allá de hablar, conocerse y almorzar juntos, significa que la familia se convierte en parte de la cuadrilla y trabaja al lado de los voluntarios, ayudando dentro de lo posible, en la construcción de su propia vivienda.
Por eso, convivir con la familia durante la construcción se convierte en una parte clave de la experiencia, ya que permite crear lazos, compartir y ver muy de cerca la situación en la cual viven.
La Fundación Haras del Sur colaboró junto a “Un Techo” en la construcción de una casa en el barrio Santa Inés de Florencio Varela. Ver galería de imágenes al pie.
Las cuadrillas de construcción, formadas por aproximadamente diez personas, cuentan con un o una guía, quien no necesariamente es alguien que tenga formación profesional en construcción, sino que puede ser un voluntario que además de haber participado varias veces en construcciones de “Un Techo”, ha sido capacitado y tiene la experiencia necesaria para coordinar el proceso y enseñar a los novatos los pormenores del trabajo.
Las casas son prefabricadas, pero de igual manera su construcción no es nada fácil, ya que desde el traslado de las herramientas hasta clavar el techo representa un gran esfuerzo. La construcción, no olvidemos que no sólo es un mundo desconocido para la mayoría de los voluntarios, sino que también representa un gran esfuerzo físico.
Los objetivos de “Un Techo” incluyen, además de construir casas y mejorar la situación de pobreza extrema en que viven las familias, sensibilizar y concientizar a los jóvenes voluntarios, con el fin de despertar el compromiso personal de continuar ayudando y trabajando por el país, aún fuera de la organización.
La convivencia con la familia, mas allá de hablar, conocerse y almorzar juntos, significa que la familia se convierte en parte de la cuadrilla y trabaja al lado de los voluntarios, ayudando dentro de lo posible, en la construcción de su propia vivienda.
Por eso, convivir con la familia durante la construcción se convierte en una parte clave de la experiencia, ya que permite crear lazos, compartir y ver muy de cerca la situación en la cual viven.