Crecen las opciones para quienes buscan contar con las posibilidades de una casa sin renunciar a las comodidades de un departamento en Capital.
La comodidad de un departamento, con las ventajas de un country.
Vivir con la comodidad de un departamento en Capital, sin los costos de mantenimiento de una casa pero con los amenities y servicios de un country.
¿Picnic en el 4 B? La metáfora de la canción de Gustavo Cerati no define, pero sirve como imagen para ilustrar las ventajas de vivir en un departamento ubicado en un country o dentro de una urbanización cerrada.
La búsqueda de espacios verdes
Más allá de la lírica, lo cierto es que la pandemia, que disparó la demanda de ladrillos rodeados de verde y aire puro, sacó a relucir esta opción, que apunta a un segmento amplio aunque bastante definido, integrado por, entre otros, vecinos que venden sus hogares de toda la vida y buscan una propiedad más chica, padres divorciados que desean estar cerca de las casas de sus hijos, parejas jóvenes que huyen de la ciudad o hasta matrimonios mayores que quieren vivir cerca de sus nietos e hijos.
Pero hay otras razones que llevan a que la oferta crezca. De acuerdo con Hernán Nucífora, desarrollador y titular de la inmobiliaria homónima con presencia en Capital y en el norte del Gran Buenos Aires, lo cierto es que los departamentos achican las expensas de los barrios y urbanizaciones cerradas. Por esta razón, “hoy, en los countries más antiguos, se está pensando en construir”, sostiene y pone como ejemplo al Village Golf: “Si bien está separado del country, la idea es integrar un proyecto, Bosque Tortugas, con propiedades de dos, tres y cuatro ambientes, con lo cual estamos hablando de departamentos con bosque y canchas de golf”, agrega.
“Para el comprador -continúa Nucífora-, significa el acceso a amenities y a la seguridad de un barrio”. ¿En cuánto arranca la oferta? Hay opciones entre los US$100.000 y los US$300.000. “Los hijos que quieren independizarse y gente mayor que atravesó la pandemia en Capital, lejos de sus seres queridos, también son potenciales compradores”, especifica.
Para Martín Silva, director de la desarrolladora M2 Spaces, además de los motivos mencionados, otro factor de peso para aquellos que se inclinan por esta opción se vincula con los costos. “El valor metro cuadrado de un departamento de calidad en un country es en algunos casos menor al de un departamento en Capital. Y también está la oportunidad de aprovechar una revalorización en un barrio nuevo”, remarca.
A la hora de analizar los proyectos, “se trata de emprendimiento bajos, altura árbol, con terrazas buenas y acceso a las prestaciones que cada barrio ofrece”, describe Silva quien a la hora de los ejemplos menciona los de Pinares, un country con canchas de golf a 10 minutos del Village de Pilar y a cinco minutos de Capilla del Señor.
Frente a la pregunta de si estos departamentos deben tener un diseño puntual acorde con su entorno, el desarrollador responde que “no pueden ser diminutos como los que hay en los barrios clásicos de la ciudad de Buenos Aires. Necesitan tener el espacio que promete tácitamente el hecho de alejarse, pero tampoco pueden ser inmensos, ya que quienes van a vivir no suelen ser familias grandes que directamente opta por una casa”.
En M2 Spaces aseguran que, hoy por hoy, casi todos los desarrolladores empiezan a ver el multifamiliar como un producto viable y deseable en su barrio, en especial si hay algún amenity que le otorgue valor al departamento. “Las ventajas no se reducen a la pileta y el gimnasio, pueden ser también el estar cerca de los accesos, de los sectores comerciales cuando los hay, o tener una gran vista”, enumeran.
“Una persona puede vender un departamento de dos ambientes en Belgrano o Núñez y acceder a una unidad de tres ambientes dentro de un proyecto con cancha de tenis y fútbol, acceso a amplios espacios verdes y espacios exclusivos como las lagunas que permiten realizar actividades náuticas”, relata el desarrollador Gonzalo Monarca.
De acuerdo con su experiencia, las mudanzas llegan desde Villa Devoto, Belgrano y Caballito, barrios donde, insiste, con la venta de un departamento dos ambientes se puede comprar en un condominio, incluso, con más metros cuadrados. “Por lo general, el público elige más espacio y tranquilidad, un verdadero cambio de vida. A posteriori, esta gente suele traer a sus padres (quienes deciden acercarse a sus hijos y sus nietos) a vivir al barrio. Y en esos casos eligen este tipo de propiedad,”, agrega, aludiendo a otro perfil de cliente.
Desde Blanco Propiedades, inmobiliaria con oficinas en Pilar, Nordelta, Escobar y CABA, su titular, Arturo Hoefner, comenta que la nueva oferta en el área está dada por Las Luciérnagas, en el kilómetro 49 de Panamericana. Según describe, hay unidades de dos, tres y cuatro ambientes, entre los US$91.000 y los US$340.000. ¿El perfil del comprador? “Gente de la ciudad, sí, pero también mucha gente de la zona, que no quiere tener que asumir el mantenimiento de una casa”, enfatiza.
Según el broker, la posibilidad de financiar la compra es otra razón que evalúa el comprador, un punto en el que coinciden en el sector. En el caso de Las Luciérnagas, el 50% de la propiedad se abona en cuotas en pesos actualizadas por CAC.
Flavia Santillán, gerente de Marketing del Grupo Haras del Sur, destaca la buena respuesta del mercado en los proyectos de departamentos en los Haras I y II, en el kilómetro 70 sobre la Ruta 2. En ese contexto, realizaron el lanzamiento de los Condominios del Golf en Haras del Sur III, conformado por tres edificaciones de 21 departamentos cada una, ubicadas en el barrio Las Casuarinas, con vistas a al golf y la laguna.
“Son departamentos de dos o tres ambientes, de 70 a 120 m², con valores a partir de US$110.000″, precisa. “Entre los compradores, tenemos dos segmentos bien identificados, por un lado, adultos mayores que buscan espacios más reducidos y con servicios; y, por otro, familias jóvenes con niños en edad escolar que se inclinan por esta propuesta como primera vivienda y principalmente, por la apertura de una institución educativa en 2019, Haras del Sur College, en sus tres ciclos”, finaliza
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