Por la pandemia, el teletrabajo y el bajo costo de construcción en dólares, este año hubo una nueva ola de vecinos de la Capital Federal y de la provincia de Buenos Aires que ya se mudaron o planean vivir próximamente en barrios cerrados. Se trata mayormente de familias jóvenes con hijos chicos en busca de verde, colegios y una buena conexión a Internet, ya que estiman que en la nueva normalidad seguirán trabajando desde sus casas, por lo menos algunos días de la semana.
“Entre esta ola y las anteriores vemos algunas similitudes y algunas diferencias”, afirma Horacio Benvenuto, gerente general de la inmobiliaria Izrastzoff. La primera diferencia sería que, mientras que en los ’90 las familias tenían casas en countries o barrios cerrados como segunda vivienda en las que luego se asentaron, quienes se mudan ahora vienen de departamentos que ponen a la venta para construirse la casa.